VIVIR MEJOR – PARTICIPACIÓN DE CARMINA GILLMORE EN LUN
QUE NO LE PASE LO DE SHAKIRA: ¿CÓMO VIVIR CON LA SUEGRA DE VECINA EN ARMONÍA?
Extracto de la noticia publicada en Las Últimas Noticias – 14.01.2023
ROLES EXPLICITADOS
En convivencia lo importante es mantener los límites de los roles que le corresponden a cada integrante de la familia. Si la pareja vive en la casa de la mamá, tiene que adecuarse a las normas y reglas de esa dueña de casa. Pero eso no quita que los padres sean los que tienen la autoridad sobre los niños.
Se cruzan límites cuando los niños reciben instrucciones paralelas: es ahí donde empiezan los problemas de convivencia.
Uno de los principales inconvenientes es que se confunde a los más chicos: ¿A quién le hacen caso?. Siempre debe quedar claro que unos son los abuelos y los otros son los padres, son roles distintos. Aunque pasen tiempo con la abuela, los vaya a buscar al colegio, su rol es mas de regalonearlos. Los abuelos ya criaron y la idea es que sumen desde su experiencia
NIÑOS, LA PRIORIDAD
Cuando las parejas viven un quiebre también generan roces en los vínculos familiares: «Los abuelos siempre van a querer estar presentes en la etapa de crecimiento de sus nietos. Hacen lo posible para mantener la relación con la nuera o el yerno, independiente de lo que haya pasado con sus hijos»
Cuando hay una ruptura, no hay un quiebre de la relación con los nietos: siguen siendo sus abuelos. La relación sigue, aunque continúa desde otro lugar. Los abuelos van a quere tener una relación con el padre que se quede cuidándolos, porque quieren continuar viendo a sus nietos. El camino más sano es seguir construyendo la relación con el padre que se quedó con el niño»
¿Y SI HUBO INFIDELIDAD DE POR MEDIO? ¿CÓMO SOBRELLEVARLO?
Cuando no hay buena relación todo se empieza a trizar. Los más afectados en los conflictos familiares siempre serán los niños. Ellos valoran su sistema familiar: primos, tíos y abuelos. Cuando ocurren estas situaciones no entienden porque se les empieza a alejar de sus parientes. A veces uno explica la ruptura eligiendo palabras que no son las más adecuadas, poniendo mal a la otra persona. La gran pregunta es si pensamos o no como van a recibir esa información los niños. El problema es que uno actúa desde la emoción. Se olvida que eso repercute en personas que están en crecimiento.
Carmina Gillmore – Mediadora familiar y académica del Instituto de Ciencias de la Familia de la Universidad de los Andes
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